El cannabidiol o CBD es uno de los componentes del cannabis, con propiedades medicinales que cada vez están más demostradas. A diferencia del THC, el otro cannabinoide mayoritario de la planta, el CBD no es psicoactivo, no se considera un estupefaciente ni provoca ningún tipo de adicción. Según la OMS, se trata de una sustancia completamente segura.
Extraída de las flores, las hojas y los tallos de la planta de cannabis sativa (cáñamo), esta molécula aparentemente milagrosa se ha disparado en popularidad en los últimos años, y con razón.
De hecho, hay más de 41.000 estudios que investigan la gran variedad de aplicaciones terapéuticas que ofrece. Y como resultado, hay mucha gente que disfruta de sus beneficios de un sinfín de maneras: tomando gotas de aceite de cbd, empapándose en una bomba de baño, tomando un café con infusión de CBD y aplicándolo tópicamente en la piel, por nombrar sólo algunas.
Y nos centraremos, principalmente, en su uso en los cosméticos.